28 de abril de 2014

Angel Beats! - Knockin' on Heaven's Door


Special thanks.

Existen muchos casos en la industria de la animación en los que el nombre de una cierta marca parece ser la palabra mágica que llevará a una historia al éxito. No obstante, esto es un arma de doble filo; igualmente existen casos en los que el título de una empresa ha invocado expectativas en torno a un guion que finalmente no las merecía en absoluto. Sin embargo, en este caso nos encontramos con una obra que, si bien no entra dentro del Olimpo narrativo de Key, no nos decepcionará en lo absoluto. Manos arriba... esto es el Más Allá.

La historia de Angel Beats! se nos presenta de una forma aparentemente simple: un muchacho llamado Otonashi despierta en medio de un gigantesco campus escolar sin ningún tipo de recuerdo de cómo llegó hasta allí, y rápidamente es informado de que ha muerto, y el enorme instituto es en realidad un mundo de tránsito hacia la siguiente vida. Allí encontramos al siempre cambiante Frente de Batalla del Más Allá, una sospechosa organización dirigida por Yuri "Yurippe" Nakamura que tiene como objetivo rebelarse contra Dios debido a que todos sus integrantes han tenido vidas injustas y llenas de sufrimiento. Esta rebelión se establece por medio del desafío a las normas del instituto, y su principal enemigo es Tenshi, la callada presidenta del consejo estudiantil, un supuesto ángel enviado por Dios para mantener el orden de aquella tierra.
Confuso y sin saber muy bien qué hacer, Otonashi acabará uniéndose al Frente de Batalla del Más Allá, pero las preguntas se acumulan en su cabeza: ¿es Tenshi, la joven menuda y de voz suave, realmente un heraldo de la divinidad? ¿Está la ideología del Frente de Batalla realmente en lo correcto? Y lo más importante, ¿existe realmente la divinidad contra la que pretenden rebelarse?


Frente de Batalla Percebe.

La primera imagen que tenemos de Tenshi es la fiera mensajera divina que apuñala a Otonashi en el corazón en su primer encuentro, pero, tal como la propia Yurippe hizo notar al muchacho, "eso fue únicamente culpa tuya". La segunda escena en la que vemos al estoico ángel es durante la Operación Tornado, en la cual contemplamos a una niña frágil, silenciosa, sola bajo una lluvia de tickets de comida, mirando cómo los miembros del Frente huyen hacia el interior del edificio, y nos despierta una sensación extraña. Algo dentro de nosotros se revuelve, nos impide creer que Tenshi tenga realmente la autoridad angélica que se le atribuye.

Y la primera prueba de esta sospecha no se hace esperar: mientras GirlDeMo nos ofrece uno de sus mejores conciertos, los miembros del Frente de Batalla se escabullen en la "fortaleza" de Tenshi -que en la mente de Otonashi aparece como un infranqueable castillo al más puro estilo Ghibli-, solo para que Otonashi se dé cuenta de que lo único que realmente están haciendo es invadir la habitación de una estudiante de secundaria. Sin embargo, esto supone más un duro golpe para Yurippe que para el propio Otonashi: el descubrimiento del Angel Player hace que la líder del Frente de Batalla empiece a replantearse su concepción de aquel mundo. Si Tenshi no recibe sus poderes de Dios, entonces... ¿entonces qué?
  

Ese castillo tenía lo que se dice un nombre precioso.

Merece la pena que nos detengamos un momento sobre la postura de Yurippe con respecto a Dios. Obviamente, el ser divino toma un papel antagónico en su cruzada, pues después de todo, él es su principal enemigo a derrotar. Sin embargo, esto tiene una serie de implicaciones: Yuri necesita que Dios exista. La ausencia de la divinidad supone que Yuri ha vivido una vida llena de dolor por nada en particular, y ella no puede aceptar eso. No podría soportarlo. Necesita que haya alguien a quien pueda culpar, alguien a quien cargar la responsabilidad por su familia. Aceptar que su destino fue el que fue por nada más que puro azar es algo inconcebible para la sensata aunque algo tsundere líder del Frente de Batalla, porque supone que su rebelión no tiene sentido desde el principio, pues no hay nada contra lo que rebelarse. Así pues, Yuri tiene una cuenta pendiente con Dios, y por eso mismo, cree fervientemente en su existencia.

Es un planteamiento indudablemente curioso el que vemos en Yurippe. Uno de los primeros argumentos que suelen proponer los agnósticos en contra de la existencia de Dios es el hecho de que en el mundo ocurren cosas malas: si Dios es una entidad máxima y bondadosa que nos ama, ¿por qué no nos ahorra el sufrimiento de las desgracias de nuestras vidas? Sin embargo, Yuri invierte ese argumento, y nos ofrece una respuesta que resulta extraña en una primera lectura, pero que no deja por ello de encerrar cierta lógica: Dios existe precisamente porque en el mundo pasan cosas malas. El razonamiento de Yurippe es el siguiente: si la joven ha tenido una vida horrible, la mayor ayuda que puede prestarle Dios es su existencia, no para prevenir las desgracias, sino para poder ser culpado por ellas. Incluso si la divinidad no tiene realmente la culpa de lo ocurrido, Yurippe encuentra alivio en el hecho de tener una figura a la que considerar responsable por todo lo pasado. Dios existe, entonces, porque sería demasiado cruel por su parte no existir en un mundo en el que pasan cosas malas.

 

Pero solo casi.

No pasa lo mismo sin embargo con otros de los miembros del Frente de Batalla: Iwasawa misma dice que, a comparación, su vida no fue tan mala como la de Yurippe: "no pude cantar las canciones que quería, eso es todo". Pero, ¿quién puede juzgar hasta qué punto una vida es más sufrida que la otra? Pese a que la propia Iwasawa habla de ello como si no fuese realmente tan malo, su historia nos resulta casi tan desgarradora como la de Yuri, ¿y quién puede negarle el sencillo placer de tocar una balada? No, Yurippe le dice que necesita algo más movido como distracción, y aunque Iwasawa simplemente asiente, ella no está totalmente conforme al respecto.

Otonashi reconoce el talento de Iwasawa, mientras todo el instituto, humanos y NPCs por igual, aguardan expectantes el próximo concierto de GirlDeMo. Y finalmente, al ritmo de las notas de la increíble y emotiva My song, una de las piezas musicales más geniales de la obra -y eso que hay muchas, como el My Soul, Your Beats de Lia, cualquiera de los temas de GirlDeMo y la espectacular Ichiban no Takaramono de LiSA-, asistimos a la salvación de Iwasawa, vemos partir a la que sin duda es uno de los personajes más carismáticos del elenco.
  


IWASAWAAAAA ;_;

Nos encontramos entonces con el desternillante capítulo de los exámenes. Sin embargo, a pesar de lo hilarante que resulta, no deja de esconder un cierto trasfondo perverso, pues los exámenes no son otra cosa sino un nuevo intento de derrocar a la angélica presidenta del consejo estudiantil. No obstante, sí hay un punto de este capítulo sobre el cual merece la pena detenerse: el nombre real de Tenshi. El conocer su nombre es un paso más hacia su desmitificación: la muchacha está dejando de ser Tenshi, el fiero mensajero de la voluntad de Dios, y se está convirtiendo, poco a poco, en Kanade Tachibana, una estudiante de secundaria tímida y callada.

Y finalmente, se producirá su caída: vistos los desastrosos de sus exámenes, la dirección del instituto la destituirá, y Ayato Naoi se erigirá como nuevo presidente del consejo estudiantil. Originalmente, esto supone una victoria para los miembros del Frente de Batalla, pero pronto se darán cuenta de que Naoi, que aparentaba ser el NPC perfecto, es en realidad un humano, y ahora que se ha hecho con el poder, su fachada de corrección y amabilidad caerá para dar paso a un régimen incluso más ferreo que el de Kanade.
Mientras tanto, veremos a la joven expresidenta ahogando sus penas en tofu picante, y la escena del concierto de las nuevas GirlDeMo, esta vez con la entusiasta Yui al mando, nos deja entrever la penosa lucha de la joven, que trata simplemente de atravesar el gentío del alumnado, ahora convertida en un estudiante más de la academia, en busca de un ticket que le permita comer su plato favorito. Por primera vez, creemos alcanzar a entender la enorme soledad que pesa sobre Kanade Tachibana.

 

Porque en el Más Allá usan Winding XO. De Macrosoft.

Y entonces vemos la cosa desde el punto de vista de Naoi, y no podemos evitar pensar... en lo repelente que es ese crío. Naoi es uno de esos personajes que se hacen odiar, no por lo arrogante que resulte su postura -recordemos que él piensa que ese mundo "elige a su propio Dios". Francamente, si la elección de una divinidad se lleva a cabo por medio de los caprichosos designios del electorado estudiantil, entonces no estoy tan seguro de que convertirse en una sea algo deseable. Suena bastante cutre-, sino por lo hipócrita de su motivación: quiere conseguir después de muerto lo que nunca pudo lograr en vida, no por no haber tenido la oportunidad, sino por no haber sabido apreciarla. Su historia es triste, sí, pero a comparación con las historias de Yurippe o Iwasawa, suena a niñería, a frivolidad. Por suerte, Otonashi es capaz de poner a Naoi en su sitio, y entonces se revelará su otra faceta, aquella que se arrepiente de una muerte que nunca fue la suya.

La hipnosis de Naoi, y más adelante el uso de la habilidad Harmonics por parte de Kanade, nos sirven de pretexto para que Otonashi recupere sus recuerdos, y esos recuerdos nos muestran una historia de superación que, si bien es hermosa, siento que no se trata con toda la magia lacrimógena que Maeda sabe ofrecer. El final de Hatsune es doloroso y emotivo, y nos enorgullecemos de Yuzuru a medida que sale adelante, pero parece que quedan cosas en el aire y es una escena que, a pesar de rozar la excelencia, queda a años luz de algunas de las que vemos en CLANNAD o Little Busters! Sin embargo, lo importante es que ahora sabemos que Otonashi tuvo finalmente una buena vida, breve pero plena. Entonces, ¿cuál es su motivación para seguir luchando? ¿Qué sentido tiene ahora el Frente de Batalla? Lo descubrirá de la mano de Kanade, que ahora hablará para él con una sonrisa amable.

 

Única e inimitable.

Asistimos entonces a la energía desbordada de Yui, la nueva vocalista de GirlDeMo, y uno de los miembros más jóvenes del Frente de Batalla. La muchacha, que en los primeros capítulos nos parecía -a nosotros y a Hinata- bastante cargante, finalmente nos muestra su lado más tierno, y aunque hace sudar a Otonashi, finalmente le revela el motivo por el cual ella está allí. Otonashi comprende finalmente que la chica tiene mucha energía que quemar, pero sin embargo hay un deseo que él no puede concederle. Será Hinata, quien finalmente descubra que Yui es mucho más de lo que aparentan esos ojos llenos de vida y ese rostro infantil, y estará con ello dispuesto a dar el paso, hablando de una historia de ensueño que quizá nunca se produzca.

Sin embargo, Yui también sabe rendirse. Y confía lo suficiente en sus amigos como para creer lo que Hinata le cuenta. Una historia hermosa, una pelota de baseball, un cristal roto, un muchacho que se disculpa, una chica tendida en la cama. Y entonces, él respondió a aquella pregunta, y Yui se dejó llevar por ese bello sueño. Una vez más, vemos partir a la vocalista de la banda más famosa del Más Allá, aunque ahora que comprendemos el por qué de esta despedida, la afrontamos con alegría.
  


<3

Llegamos finalmente al último arco argumental de la historia: la aparición de la sombra. En un principio podría parecernos algo extraño, incoherente. ¿Por qué ahora, después de tanto tiempo, la estructura de un mundo que parecía inalterable se viene abajo? La respuesta llega de la mano de la propia Yurippe: la sombra parece tratar de prevenir un tiempo de juego infinito, y ellos han pasado ya demasiado tiempo en ese lugar. Ha llegado entonces el momento de disolver el Frente de Batalla del Más Allá, y Yurippe dejará a Otonashi llevar a cabo el trabajo sucio, pues era consciente desde el principio de lo que Kanade y él tramaban a sus espaldas.

Yurippe ha comprendido finalmente que la suya es una batalla personal, y no puede permitirse arrastrar a sus leales seguidores a un destino peor que la muerte. Por ello, cuando los miembros del Frente de Batalla le preguntan qué tiene pensado hacer, su respuesta, si bien podría parecer arrogante, es la más sincera que puede ofrecerles, desde lo más profundo de su corazón: "¿Yo? Yo siempre hago lo que quiero". Era difícil para Yurippe sobrepasar el ya lejano carisma de Iwasawa, pero ella se hace querer, y tiene una fuerza que todos los demás miembros del Frente de Batalla admiran. 


Porque yo lo valgo.

Así, acompañamos a Yurippe a lo largo de su travesía por un mundo tan radiante que nos hace llorar. Ella no sabe que está siendo atrapada por la sombra, pero a pesar de eso es capaz de comprender que aquello no es lo correcto. Sí, puede renunciar a una vida llena de dolor y aceptar una felicidad tan obvia, pero entonces ya no sería ella. ¿Qué sentido tiene un mañana que nunca tendrá un ayer? No, Yuri sabe mejor que nadie que tenemos una vida, y que de nada sirve edulcorarla o embellecerla. Es su vida lo que la ha hecho tal como es, y ella está orgullosa de ello. Y no renunciará a ello sin más. Es la mano de Otonashi la que acude en su ayuda, pero realmente es la propia voluntad de Yurippe quien la saca de la sombra.

Y llegamos finalmente a la segunda sala de ordenadores, donde nos encontramos con el causante de la aparición de la sombra: EL FABULOSO. Un villano que en realidad es un NPC, una criatura innominada, un juguete de la persona que, según el NPC, es el origen de todo lo ocurrido en ese mundo: el Programador.
Y asistimos horrorizados a la revelación final, al por qué de que todo se venga abajo, al acontecimiento que nunca debió ocurrir: el amor se manifestó en este mundo.
  


Estás programado para ser FABULOOOOSO~.

Esta revelación golpea a Yurippe como una maza: cualquier persona que llegue a sentir amor en ese mundo, alcanzará con ello la plenitud, y debería graduarse de inmediato. Pero, ¿qué pasaría si un error del sistema -por ejemplo, el hecho de que alguien con una vida plena llegue al instituto a causa de la amnesia- permitiese el florecimiento del amor en ese mundo? La respuesta es obvia: un Paraíso Eterno. Ellos podrían seguir disfrutando de una felicidad eterna en un mundo donde no hay enfermedades, donde no existe la muerte. Pero eso no puede ser permitido, pues el instituto está diseñado como un lugar de paso; es el camino, no la meta. Por eso, el Programador, al ser consciente de este error, ideó una suerte de sistema inmunitario del Más Allá: si el amor se manifestaba en ese mundo, nuestro fabuloso NPC debía ejecutar el programa de la sombra, la cual no es sino un glóbulo negro que fuerza a quienes atrapa en su interior a graduarse, aunque de la forma más absurda posible: obligándolos a comportarse como NPCs y asistir a clase hasta que se sientan satisfechos. Según el NPC, el propio Programador enloqueció mientras esperaba a su amor, y acabó siendo víctima del programa que había creado, dejando el Angel Player como única pista para descubrir la verdad.

Es decir, el Programador se convirtió en uno de los muchos NPCs anónimos que asistían a clase día tras día. Ignoramos siquiera si llegó finalmente a graduarse, puede que aún siga yendo al instituto. Tal como el NPC dice, las probabilidades de que encontrase a su amor son astronómicamente bajas, pero no cero. Y tal vez entonces alcanzase la realización necesaria para graduarse de la forma correcta, y no por medio de la sombra.


Porque soy FABULOOOOOOSO~.

Entonces, el NPC le propone a Yurippe que encuentre la respuesta por sí misma. El Programador habría rechazado cualquier cambio en el sistema, pero él no lo hará, porque no está programado para hacerlo. Y Dios, si existe, probablemente miraría hacia otro lado, en todo caso. Modificar el programa implicaría transformar el mundo de tránsito en un Paraíso Eterno, y al mismo tiempo convertiría a la propia Yuri en la Diosa de aquel mundo, al margen del Dios contra el que ella intentaba rebelarse. Pero, ¿merece realmente la pena aceptar este trato? El NPC le asegura que no es necesario que se apresure, dispone, literalmente, de todo el tiempo del mundo para pensárselo.

Y este es precisamente el hecho que cabrea a Yurippe, y la lleva a decir una de las frases más épicas de esta historia: "¿Todo el tiempo del mundo? Déjame decirte una cosa: ¡los humanos no tienen la paciencia para esperar ni diez minutos por algo!" Tras estas palabras, Yuri opta por la solución menos sensata, pero también por la más acertada y épica: cargarse el Angel Player, al NPC, y todo rastro de la obra del Programador. El mundo no necesita que alguien establezca lo necesario, y nadie es quién para prohibir el amor. Porque finalmente, Yurippe nos revela que la fuente original del amor, que causó la aparición de la sombra, es ella y no Otonashi: en su batalla contra la divinidad, había terminado amando a todos y cada uno de los que pelearon a su lado, a todos los miembros del Frente de Batalla e incluso a la propia Kanade. Y finalmente, tras poner fin al programa, puede estar orgullosa de sí misma y sentirse en paz con sus hermanos.

 

ÉPICO. Y FABULOSO.

Y llegamos entonces a la ceremonia de graduación. Uno a uno todos los miembros restantes del ya disuelto Frente de Batalla del Más Allá, se gradúan de su día a día luchando contra Dios, se convierten por fin en sencillos estudiantes de secundaria, y tras una cálida despedida, pueden partir finalmente, aspirando a una vida feliz. La despedida de Naoi es tan absurdamente ostentosa como es habitual en él, pero incluso aquellos a los que no nos gusta su personaje nos sentimos finalmente conmovidos por sus sentimientos hacia Otonashi. Al final parece que el crío solo estaba esperando a que alguien le diese una colleja, a que alguien se acercase a él y le dijese que había otra forma de hacer las cosas.

Yurippe, en cambio, se despide de Kanade con una ternura y una delicadeza que no creíamos posibles en su fuerte figura de líder: la muchacha, despojada ahora ya de su posición y libre de ser ella misma, lamenta no haber podido pasar más tiempo con ella: "podríamos haber sido buenas amigas". El cálido sentimiento es más que suficiente para Kanade, que la abraza con fuerza y la deja partir con una sonrisa en los labios. 
Llega entonces el turno de Hinata, que se despide de Otonashi con una exhibición del bromance que al joven peliazul le había sido negado durante toda la historia, y que, ahora que conocemos su trasfondo y sus motivaciones, nos parece poco premio para un personaje que, sin salir realmente del segundo plano, ha sido más que un simple apoyo y soporte para el grupo. Hinata es uno de esos personajes que dejan buen sabor de boca, y solo podemos esperar que sea feliz en el futuro soñado que imaginó junto a Yui.


FEELS.

Una vez que solo quedan Otonashi y Kanade, llegamos al momento climático de Angel Beats!, en el que por fin descubrimos qué llevó a una chica como Kanade a acabar en aquel mundo de paso, nos asomamos a los sentimientos de Otonashi, y asistimos a su desesperación justo en el momento en el que estos se consolidan. Efectivamente, la joven Kanade había llegado hasta allí para entregar un mensaje simple, una sola palabra; y en el momento en el que pudo pronunciarla, su alma pudo por fin descansar en paz. Y así, en una escena simplemente mágica, Maeda nos concentra dos escasos minutos de su mejor material lacrimógeno, y nos deja emocionados, con el corazón en un puño, y una moraleja tan obvia como importante: "vivir es algo maravilloso."

Finalmente, con respecto a la pregunta sobre si Dios existe o no, Angel Beats! nos plantea una respuesta que es, a su vez, otra pregunta: ¿acaso importa? La divinidad nunca hizo acto de presencia, y esto nos lleva a plantear dos respuestas a esto. La primera: Dios no existe, y por tanto, nuestros protagonistas deben salir adelante con su propio esfuerzo, aprendiendo todas y cada una de las lecciones que, por unos motivos o por otros, no aprendieron en vida. La segunda: Dios existe, pero en su calidad de Divinidad, comprende perfectamente que esto es para ellos algo necesario, y que no debe interferir en ello porque si lo hiciera, la aventura del amor de Yurippe habría carecido de sentido. En cualquiera de los dos casos, son los humanos los autores de sus propias hazañas, y Dios, si existe, debe limitarse -y efectivamente se limita- a contemplar la obra interpretada en el verdadero escenario que, lejos de ser una batalla entre Dioses y humanos, es una carrera hacia la comprensión de uno mismo, hacia la naturaleza del amor.

Como conclusión, diré que en Angel Beats! encontramos una obra que, si bien dista de ser lo mejor que Maeda podría ofrecernos, sí es de gran calidad: unos personajes carismáticos, bien construidos, viviendo una historia que se hace agradable de presenciar, un día a día que nos hará reír a carcajada limpia pero también emocionarnos hasta límites insospechados (ESOS DOS MINUTOS DEL CAPÍTULO FINAL ;_;), una obra que, en definitiva, no se hace pesada y deja un muy buen sabor de boca. Totalmente recomendable.


Foto de familia.

Resumen de la Review

Lo mejor: Maeda, feels, Kanade, Iwasawa, Yurippe, Maeda, el capítulo de los exámenes, Iwasawa, Maeda, Kanade, GirlDeMo, Maeda, Kanade, DOS MINUTOS, la banda sonora, Kanade... y Kanade.

Lo peor: El flashback de los recuerdos de Otonashi, si bien es francamente excelente, no llega a tocarte con la profundidad con la que Maeda sabe ganarse a su público. La personalidad de Yurippe podría haber estado mejor desarrollada, su historia se explica de una forma algo apresurada y prácticamente no se le saca jugo hasta los capítulos finales. Naoi [?]

Puntuación: 8.75/10

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