10 de enero de 2014

Higurashi no Naku Koro ni - ¿Puedes creértelo?


Se levanta el telón.

El gore es un género que, si bien no es tan explotado como el ecchi, tiene algo en común con él: la presencia de sangre en una determinada historia tiende a echar para atrás a gran parte de público. Sin embargo, al igual que pasaba con el ecchi, el problema del gore es el declive de la calidad argumental: la sangre, bien entendida y en su justa medida, es un complemento perfecto en la ambientación de un mundo dispuesto a narrar una historia fascinante. Abrimos el telón de Higurashi no Naku Koro ni. Abrimos el telón de Hinamizawa.

Higurashi no Naku Koro ni (literalmente "Cuando las cigarras lloran") nos traslada a la en apariencia tranquila villa de Hinamizawa. Es junio de 1983, Keiichi Maebara es un joven estudiante de secundaria que se ha mudado al lugar hace apenas un mes, y ahora vive una vida feliz y pacífica con sus nuevas amigas y compañeras de clase. Sin embargo, a medida que Keiichi comienza a descubrir indicios de la historia del lugar, empezamos a darnos cuenta de que en Hinamizawa nada es lo que parece, y es que la villa esconde un oscuro secreto relacionado con una maldición que Oyashiro-sama, la divinidad local, ha dejado caer sobre sus habitantes. El paso del tiempo es inexorable, y el calendario señala la llegada del festival de Watanagashi, una festividad de la aldea que, por unos motivos u otros, ha estado manchada de sangre durante los últimos años. Pero, ¿cuál es la razón detrás de la misteriosa sucesión de muertes? ¿Existe realmente la maldición de Oyashiro-sama? Y sobre todo, ¿por qué Rika es tan absolutamente adorable? Poco a poco averiguaremos los secretos que este mundo nos oculta... ¿podremos escapar del laberinto de tragedia que nos acecha?


OMOCHIKAERI~.

La historia de Higurashi se compone en forma de diversos arcos argumentales -denominados "capítulos"-, los cuales en un principio nos parecerán completamente inconexos unos de otros: personajes que reviven entre arco y arco, sucesos que transcurren de forma diferente, nos hace pensar que Higurashi es más bien una colección de relatos sin estricta relación o continuidad unos con otros. Sin embargo, conforme avanzamos en la historia, comenzamos a intuir que esto no es así, que hay algo detrás de todas esas historias, algo grande que mueve los hilos de Hinamizawa con intenciones desconocidas. Sin embargo aún es pronto para hablar de eso; tendremos que movernos de historia en historia hasta alcanzar la luz al final del túnel.

Para ser más exactos, los arcos de Higurashi se engloban en "Sagas de Preguntas" -que establecen el entorno, los personajes, presentan los sucesos que se van desarrollando a lo largo del arco y culminan en un desenlace más o menos intrigante-, y "Sagas de Respuestas" -que nos revelan finalmente las motivaciones y causas de lo ocurrido a lo largo de su correspondiente Pregunta-. Esta primera temporada, por tanto, abarca todas las Sagas de Preguntas y dos Respuestas: Meakashi-hen, que es la Respuesta de Watanagashi-hen, y Tsumihoroboshi-hen, que aunque indirectamente, actúa como Respuesta de Onikakushi-hen.


Be moe.

Abrimos entonces la historia con Onikakushi-hen ("Capítulo del rapto del demonio"), que sirve como introducción al en apariencia relajado mundo de Hinamizawa. A través de los pensamientos de Keiichi, vamos conociendo a los diversos personajes que forman parte de su día a día en Hinamizawa: la energética Mion, la alegre Rena, la bromista Satoko, y la absolutamente adorable Rika (DAT RIKA <3). Sin embargo, la alegre convivencia entre los cinco amigos pronto se verá amenazada por las sombras del pasado. No deja de resultar un tanto paradójico que, cuanto más aprendemos sobre Hinamizawa, menos parecemos saber en realidad.

Quiero detenerme un poco en esta aparente paradoja: el concepto de familiaridad. Mientras Keiichi desconozca la historia detrás de la presa, no necesitará aprender acerca de los detalles: está familiarizado con la Hinamizawa pura y sencilla que conoce, vive feliz en un mundo de cartón-piedra. Sin embargo, Tomitake deja caer, involuntariamente, una primera gota de oscuridad sobre su concepción del pueblo, y entonces se hace necesario para Keiichi saber, investigar. Pero al aprender sobre la realidad, aparece la desfamiliarización: Hinamizawa se convierte en un mundo que no conoce. Cuando estamos frente a algo que no conocemos, es normal sentir inseguridad. Pero en este caso, la inseguridad va acompañada de una ansiedad creciente por conocer la verdad, por averiguar más. Y cuanto más sabe, más consciente es de lo poco que sabe en realidad. Keiichi comienza a frustrarse, y empieza con ello a fijarse más detenidamente en el comportamiento de sus amigas. Todo se convierte en motivo de sospecha, cualquier palabra fuera de lugar engendra desconfianza. El joven empieza a darse cuenta de que le están ocultando algo.


Y esta es la historia de cómo Rena me dejó sordo.

Poco a poco, a través de Keiichi, vamos profundizando en la historia de Hinamizawa: el proyecto de construcción de la presa, la polémica que generó, los problemas que trajo, todo ello forma un cúmulo de cosas a las que su mente, alentada por esa sensación creciente de inseguridad, comienza a tratar de dar significado. Es interesante ver cómo la sospecha va haciendo mella en él, cómo pasa de revolotear esporádicamente entre sus pensamientos a ocupar todos los recursos de su mente, a medida que los detalles van surgiendo. Todo a su alrededor es voluble, confuso. Las chicas, principalmente Rena y Mion, pasan de ser perfectamente normales y amigables a envolverse en un halo de secretismo, un velo de opacidad a través del cual Keiichi ya no es capaz de reconocer a dos mujeres con las que forjó una amistad.


Ni idea, pero lo que se fuma para tener esa cara y esa voz tiene que ser bueno.

Y entonces llega la noche del Watanashi, y todo se derrumba. Las sospechas persiguen incansablemente a Keiichi, el cual ahora comienza a verlas convertidas en realidades. Rena y Mion no son lo que parecen. El destino ha preparado para Keiichi una broma de mal gusto, una jugarreta cruel. Según Rena, el joven está actuando igual que el desconocido Satoshi, el cual acabó trasladándose. Y Keiichi, alentado por los comentarios y sospechas de Oishii, comienza a ponerse en lo peor: tras la desaparición de Satoshi, él es la nueva víctima escogida por las poderosas fuerzas de Hinamizawa para consumar el quinto año de la maldición. Sabe que lo observan, que lo persiguen, y sabe también que debe prepararse para cuando sus perseguidores vengan a por él. Sin embargo, los giros del destino son impredecibles, y tal vez Oyashiro-sama, la deidad que gobierna la aldea y los vigila a todos y cada uno de ellos desde las sombras, no sea tan irreal como parece...

Y nos vemos entonces inmersos en los arcos de Watanagashi-hen y Tatarigoroshi-hen, los cuales nos llevan de nuevo a la angustia de un mundo sin salvación: en el primero, Keiichi y Shion, la hermana gemela de Mion, entran sin permiso en el almacén del Santuario Furude, y ello parece abocarlos a la desgracia: la maldición de Oyashiro-sama caerá sobre todos aquellos que han violado el espacio sagrado. Keiichi parece encontrar esta vez su consuelo en la adorable Rika, que sabe que dos gatitos se han colado en el almacén, y hará todo lo posible para protegerlos de los perros que quieren acabar con ellos. Sin embargo, advierte con gesto sombrío, la mamá gata está muy, muy enfadada.


¿¡Atrayendo inocentes estudiantes al interior de sus coches?!

Llama la atención que en este arco vemos a Rena en todo su esplendor: lejos de la versión tenebrosa de ella que vemos en Onikakushi-hen, la Rena de Watanagashi-hen es despierta, amable pero firme, y probablemente la que más inteligencia y fuerza emocional demuestra de todo el grupo. Encontramos aquí entonces a una Rena que no ha sido velada por la sospecha, a una Rena que sabe seguir adelante, que sabe a quién otorgar su confianza, y que sabe poner a Keiichi en su sitio sin dejar por ello que la domine la rabia.

En Tatarigoroshi-hen, echamos un vistazo por vez primera a la complicada situación familiar de Satoko. Su amado hermano desapareció durante el Watanagashi del año anterior, y su tío, único pariente vivo y tutor legal de ambos, la somete a malos tratos de forma continua. Entonces, Keiichi tomará una decisión desesperada que tendrá consecuencias desastrosas, no solo para Satoko, sino también para todos los demás habitantes de Hinamizawa. Sin embargo, al igual que pasaba con Onikakushi-hen, este arco merece ser visto de una forma más razonada. Aquí tenemos a un Keiichi de nuevo cegado por la ira, pero nosotros debemos saber valorar lo que ocurre a su alrededor, y sobre todo, tener en mente que lo que vemos puede no ser lo que está pasando en realidad. Después de todo, el arco se nos presenta desde los ojos de Keiichi, y en su estado, es bastante dudoso que esté viendo la realidad tal como es. Sin embargo, esto nos deja en la situación de una cadena de coincidencias catastróficas que abocará al pueblo entero al desastre, y es difícil ver esto como una coincidencia real.


Con coreografía incluida.

Nos tomamos entonces un pequeño descanso con Himatsubushi-hen, y volvemos la vista a la Hinamizawa de 1978, donde un jovencísimo policía, Akasaka Mamoru, llega a Hinamizawa y encuentra a una aún más jovencísima Rika (la escena de la parada del autobús es <3), la cual, concluida la misión de Akasaka en la villa, le relata la grotesca tragedia que está por venir en el pueblo. Resulta inquietante oír hablar a la niña de su propia muerte con tanta naturalidad, pero entonces nos damos cuenta de que lo que hay dentro de Rika es miedo, angustia, dolor. Y finalmente vemos a Rika como es: una muchacha asustada, que todo lo que desea es poder vivir una vida feliz y tranquila junto a las personas a las que quiere. "No quiero morir...". Escuchamos su tenue súplica, su pequeña piedra lanzada a las aguas en las que se refleja la luna de la muerte, y se nos rompe el corazón.

Sin embargo, Akasaka no es capaz de comprender lo que Rika le reveló en su momento, y será muchos años después, cuando ya sea demasiado tarde para hacer algo, que recordará las palabras de Furude Rika, aquella muchacha que luchó inútilmente contra un destino cruel, aquella niña que, simplemente, no quería morir. A día de hoy, la cuarentena aún no ha sido levantada.


Pues has escogido un MUY mal anime.

Finalmente, comenzamos con las Sagas de Respuestas, y Meakashi-hen es un coñazo nos traslada al arco del Watanagashi, y nos muestra una reinvención del efecto mariposa, donde una hermosa muñeca de porcelana determina el inicio de una cadena de fatalidades, que culminarán con la macabra degeneración de un amor inocente. Lo que en un principio es la esperanza de volver a ver a un ser querido, se transforma poco a poco en la ruptura con el mundo, en la forma más miserable y deshumanizada de Sonozaki Shion. Aquí vemos cómo Rika trata desesperadamente de hacer frente a la tragedia que se cobrará la vida de sus amigos, solo para terminar acabando con la suya propia. Finalmente, Shion destruirá todos los obstáculos que amenazaban la vida de su amado, pero con la caída de Satoko asistimos a su completa destrucción como persona, al recuerdo de un último deseo que se diluye en su locura creciente, a la desintegración de su identidad, y lo más importante: a la liberación de... EL FLUIDO.


EL FLUIDO.

Finalmente, nos encontramos en el GLORIOSO Tsumihoroboshi-hen. Quien aparece aquí con todo su esplendor es, sin duda, Keiichi. Asistimos a la historia de las penurias de toda una vida de Ryuugu Rena, y contemplamos su degeneración, pero al mismo tiempo encontramos, quizá por primera vez en toda la historia, al verdadero Keiichi. Los primeros arcos nos presentaban a un Keiichi asustado, inseguro, un Keiichi abrumado por un mundo oscuro y lleno de temor. Sin embargo, es en este arco cuando Keiichi se erige como el hombre capaz de cambiar el destino al que Hinamizawa ha estado esperando por tanto tiempo. El Keiichi que vemos en este arco es consciente de sus errores pasados, acepta su dolor, lo atesora como algo que lo ha llevado a ser como es, y precisamente por esto, Rika lo perdona, aunque el mundo no pueda perdonarlo.

Por fin este Keiichi, es capaz de tenderle una mano a Rena, de ayudarla a salir del vórtice de desgracia, y en un capítulo final simplemente ÉPICO, donde Keiichi hace gala de una amabilidad y una fuerza más que admirables, y Rena nos muestra una fuerza de voluntad y una lealtad francamente conmovedoras, los dos jóvenes juntos logran finalmente derrotar al destino y producir un milagro que sacudirá el universo. Y si bien eso no será suficiente para resolver el enigma que sigue existiendo en Hinamizawa, al menos le dará el valor necesario a cierta persona para seguir jugando al juego de junio de 1983. Hasta que estés satisfecho.


Optimismo. Creo.

Resumen de la Review

Lo mejor: la más que excelente banda sonora, la historia es enganchante y está hilada de una forma genial. El capítulo final es absolutamente épico. RIKA. TODOS AMAMOS A RIKA.

Lo peor: la animación es un tanto meh. El flashback de Meakashi-hen es aburriente hasta decir basta, aunque solo son dos capítulos. El gore y la aparente desconexión entre los arcos argumentales pueden echar para atrás a más de uno.

Puntuación: 8/10

4 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. Poco más se puede añadir a esta review, para mi la verdad quizá merece una puntuación más alta, pero puede influir que el gore en general no me altera, ni la sangre me hecha para atrás.

    Quizá mencionar solo que se hecha de menos que no comentes el hecho de que Rika, en su fase más negativa abandona esa voz dulce y aniñada que le es propia y adopta un tono más maduro, inconexo con la imagen de ella que se ve, y en cierto modo más viperino y cruel.

    Me permito parafrasearte con esto "Ni idea, pero lo que se fuma para tener esa cara y esa voz tiene que ser bueno." Evidentemente nadie con semejante voz, aspecto y comportamiento consume sustancias que tildarías de buenas, al contrario, te dan ganas de acercarla al establecimiento de proyecto hombre más cercano a Hinamizawa.

    Por cierto otro detalle que se hecha en falta, es, como no has sacado la ineludible invitación de entrar al coche de policía bajo la premisa de que tiene aire acondicionado. Meh. En mis tiempos los pederastas eran menos originales y ofrecían caramelos, esto roza la capacidad de expresión de Lladró.

    Me despido con una de las frases más épicas de toda la serie, y quizá la más extraña por el contesto en el que se desarrolla ¿Brocoli o Coliflor, cuál de los dos es verde?

    P.D: ¡Nippah!

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  3. Grande.

    Tanto anime como reseña. Quizás yo le hubiera dado algo más de nota, porque ya sabes que Higurashi me encantó pese a lo que me costó verla, pero también es cierto que Ni no es tan buena por sí sola sin considerar también Kai. Así que te perdono el 8.

    Lo único lo del gore. Que no sé si soy el único que lo piensa, pero prefería el enfoque de los primeros capítulos, que te daban ideas horribles pero no lo mostraban tanto como al final. Véase comparar Watanagashi-hen y Meakashi-hen. También había pie a escenas más escabrosas con Shion como narradora, cierto, pero yo seguiré empeñado en que fueron tirando a más bestias con el pasar de los arcos.

    AHORA RESEÑA KAI, INFRASER.

    PD: No mencionar el opening es vil por mucho que Naraku no Hana sea más chachi. Que de no ser por su toque disonante y sombrío te habría mandado al garete la recomendación tras el primer capítulo tan random.

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  4. Una duda en cada saga de esta serie, son los mismos personajes que reviven en una tbn revividá hinamizawa o son mundos paralelos a los que rika viaja una vez que cada mundo es destruido, habiendo por ende varios varios keichiis, mions,satokos?

    Me queda la duda quizás en un mundo ya están muertos y en el otro no, x lo que resultaría q hay varios personajes, una pena si es así X los que murieron y sufrieron ya que no vuelven a la vida sino que son ellos mismos pero en mundos apartes

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