5 de enero de 2014

Medaka Box - La anomalía de Medaka Kurokami



You have been deceived.

El shonen es otro de esos géneros que entrarían en el paradigma de lo típico: el héroe que obtiene y desarrolla poderes fuera de lo imaginable y que lucha contra un mal que, bien puede ser externo, o bien puede ser la personificación de sus fantasmas personales. La amistad, el nunca rendirse y el afán de superación son también temas que están muy presentes en la moralidad de las obras que pertenecen a este género. Aquí tenemos una dosis de eso, pero al mismo tiempo aderezado con la curiosa línea de pensamiento de Nisio Isin, autor de Monogatari Series: Medaka Box es un shonen de tantos, como tantos, pero que no por ello deja de tener su puntito personal.

Medaka Box nos habla de la gloriosa Academia Hakoniwa, un campus escolar con muchos años de historia a sus espaldas. Y al final de todos estos años de historia, nos encontraremos con la 98ª presidenta de su consejo estudiantil: Medaka Kurokami, la cual conquistó el trono de Hakoniwa reuniendo el 98% del voto estudiantil. ¿El principal fuerte de su campaña electoral? La Caja de Sugerencias -o Medaka Box, como la conocen los estudiantes-, un lugar donde cualquier miembro del cuerpo de estudiantes podrá depositar una nota con los problemas que atormenten su existencia, tras lo cual el consejo estudiantil en persona pondrá todos sus recursos en juego para solucionar esos problemas.
Y esta es la hermosa historia de cara al público. El problema lo tiene Zenkichi Hitoyoshi, un muy normal alumno de primero, cuando es elegido por la propia Medaka para ayudarlo en esta tarea, y es que los dos estudiantes comparten una relación muy especial desde su más tierna infancia. Sin embargo, a diferencia de Medaka, que es sistemáticamente perfecta en todo lo que hace y adolece de un curioso complejo de superioridad hacia el resto de la humanidad, Zenkichi no comparte ni una pizca del talento de su muy buena amiga. Sin embargo, nadie sabe mejor que él cuánta razón tiene su vieja amiga, y pondrá en juego sus escasas habilidades para luchar junto a ella y protegerla de todos los males que acechan Hakoniwa, una academia que es, en efecto, más agitada de lo que parece a simple vista.


ASÍ QUE ADORADME.

Durante los primeros capítulos -la primera temporada entera en general, que es de la que trata esta reseña-, asistimos a una especie de slice of life gracias al cual vamos conociendo el entorno en el que se desenvuelve el consejo estudiantil de Hakoniwa. Conocemos a Medaka, y también a su anomalía, lo que Zenkichi denomina como sus fortalezas. Conocemos también a Zenkichi, y parte de la historia detrás de ambos. Conocemos a Shiranui, otro de esos personajes a los que uno tiene que acabar amando, y, en general, a algunos de los miembros más reseñables del cuerpo estudiantil. El día a día de Medaka y sus secuaces se resume, en principio, en historias cortas, durante las cuales alguien deja una nota en la Caja de Sugerencias, que será atendida por los miembros del Consejo, con toda clase de desastrosas consecuencias que fundamentalmente sufrirá Zenkichi.

Posteriormente, con la llegada del Comité Disciplinario, la serie avanza hacia una temática algo más madura, manteniéndose, eso sí, dentro de los estándares del género shonen. Comenzamos a conocer más detalles detrás de la perfección de Medaka, accedemos a algunas de sus más puras motivaciones, pero también a algunos de sus estados más degenerados.


SHIRANUI DESU~.

Resulta complicado no percibir en los personajes de Medaka Box algunos de los rasgos de otros personajes de Nisio. La personalidad de Zenkichi, por ejemplo, se hace muy similar a la de Koyomi Araragi de Monogatari Series, aunque si bien el ex-vampiro desarrolla esta actitud en base a su condición sobrenatural, el interés de Zenkichi se centraría en el hecho de que él es perfectamente consciente de su abrumadora normalidad. Zenkichi está en lo que llamaríamos el promedio, y aunque no se siente particularmente orgulloso de ello, tampoco es una condición que rechace de forma tajante: estamos ante una persona que se acepta como es, y sabe que, cuando se trata de lidiar con Medaka, esa normalidad es necesaria. Es una mera cuestión de practicidad: Zenkichi confía en el trabajo y el esfuerzo porque es la única forma para él de sobrevivir en la alocada vida de su amiga de la infancia.

Por otro lado, encontraríamos en Medaka algún rastro de Tsubasa Hanekawa: la eficiente delegada que siempre sabe qué hacer, qué decir. Pulcra, aplicada, pudorosa, pero con la vena exhibicionista a la que también nos asomamos en Nekomonogatari. Sin embargo, aunque similares en funciones, Medaka va un paso más allá. Hanekawa es blanca, una condición con la que llegará a no sentirse a gusto, pero Medaka es perfecta sin ser demasiado consciente de ello, o más bien, sin prestarle demasiada atención a ello.


THAT'S SHIRANUI FOR YA.

En palabras de Zenkichi, Medaka ni siquiera reconoce que tiene un complejo de superioridad. Sin embargo, quizá esto no sea realmente cierto. Más bien parece que ella sabe que está en esa condición, y lejos de molestarse por ella, la aprovecha para ayudar a todo el mundo a su alrededor.
Para Medaka, conceptos como el talento carecen de significado. Todo el mundo a su alrededor piensa que ella ha nacido con una predisposición a que todo le salga bien, pero la joven presidenta defiende la valía del trabajo duro y el esfuerzo: no como lo hace Zenkichi, que más bien se ve obligado a ello, sino como la forma más eficiente y única realmente válida de alcanzar el éxito.

Detengámonos un momento sobre esto. Lo "ético" en estas historias, y en la sociedad en general, es participar de la idea de "esfuerzo por recompensa": los seres humanos deseamos algo, ya sea de forma individual o como un colectivo, y a través de nuestro esfuerzo y trabajo duro ponemos los medios con los que tratamos de alcanzarlo. Esa es la fórmula moralmente aceptable, y a las personas que se ciñen a ella las reconocemos como seres virtuosos, hablando en jerga platónica.


Llamadme Google Earth.

Sin embargo, la ética de Medaka sobrepasa este concepto del "esfuerzo por recompensa". Lo que la presidenta del consejo estudiantil de Hakoniwa nos plantea es una postura que podríamos llamar la postura de "voluntad por voluntad": como seres conscientes, nos fijamos un objetivo que paralelamente luchamos por alcanzar. A priori esto suena igual que la idea de esfuerzo y recompensa, el matiz en este caso es que, para Medaka, el esfuerzo y la recompensa se identifican como un mismo elemento en el ser humano: lo que deseamos, lo que anhelamos alcanzar, el deseo mismo, se erige como parte de nuestra voluntad. Algo así como decir que quiero lo que quiero porque quiero. Y al mismo tiempo, es esa voluntad la que nos empuja a luchar para lograrlo. La idea final queda expresada, en forma casi de trabalenguas, de la siguiente forma: lucho por lo que quiero precisamente porque lo quiero, y lo quiero porque quiero quererlo. Tal vez sea necesario leerlo más de una vez, pero dicho de una forma más sencilla, la idea de Medaka es que nuestras metas y nuestros esfuerzos no son entes ajenos el uno al otro, sino que forman parte única y elemental de nosotros como persona. Por eso, para Medaka, cosas como el talento no tienen sentido: tener talento implica que no tengo acceso a la parte de mí que desea algo, y en consecuencia, como parte de ese mismo deseo, lucha por conseguirlo. Implica que hay algo que me falta. Tener talento significa entonces no estar completo como persona. Y, dado que para Medaka todos somos personas hechas y derechas, completas, plenas, el talento es un concepto que resulta inevitablemente absurdo.


Flower Power.

Pero entonces, el pretencioso recurso de la bondad innata de Medaka choca contra el presidente del Comité Disciplinario, quien defiende la aceptación condescendiente de la maldad inherente. Unzen sostiene que Medaka hace trampa al amar a los humanos, precisamente por el hecho de que ella solo ve el lado bueno de las personas. No es lícito para Medaka decir que ama a los humanos cuando al mismo tiempo ignora sus defectos, su maldad o su odio. Por el contrario, la postura de Unzen es sólida y coherente: él odia a los humanos porque odia todo de ellos: odia su malicia, su perversión, su esperanza, su solidaridad, su amor, su locura. Nada escapa a ser objeto de su odio. Al tenerlos a ambos frente a frente, podríamos pensar que Medaka es la buena, es quien está en lo correcto, pero realmente no es como si Unzen no tuviera razón en lo absoluto. Medaka defiende un idealismo que aparecía ante nosotros como si no tuviera defectos, pero Unzen revela los trapos sucios de la postura de la presidenta: Medaka también es capaz de enfadarse.
Por el otro lado, Unzen nos habla de una justicia que es, al menos, realista en ejecución: él acepta todo lo que compone al ser humano. Lo tilda de odioso y repugnante, pero lo acepta en totalidad, mientras que Medaka decía amar lo que realmente solo era una parte. Entonces esta justicia es, como decía, realista en ejecución, pero no en concepción: las leyes no deben ser creadas para atar a los humanos, sino que los humanos deben crear las leyes para asegurar su libre convivencia.


El anónimo menos anónimo de la historia.

Entonces, ¿qué postura debemos aceptar cómo válida? Ambas tienen sus defectos, pero tanto Medaka como Unzen tienen demasiada razón en sus respectivas concepciones del mundo. Al final, como enuncia el propio Zenkichi, todo se reduce a preferencia personal. Y a él le gusta mucho más el pretencioso recurso de la bondad innata de Medaka. Sin embargo, aquí debemos hacer un pequeño apunte. En un principio podría parecer que el amor de Medaka es más deseable que el odio de Unzen, pero ¿por qué tendría entonces Medaka que estar asustada? "Siempre me pregunto si he olvidado a alguien que sufre, si me he dejado algo por considerar, si no habría otra manera." ¿Por qué pensar así de un idealismo que sonaba a priori perfecto?

Probablemente con estas afirmaciones, lo que Medaka quiere darnos a entender es que ella ya era consciente de los fallos en su actitud de los que Unzen hablaba. Que ella sabía mejor que nadie que no estaba valorando personas, sino lados buenos de persona. Y quizá una cierta desesperación por encontrar una forma de ayudar personas en su totalidad. Pero, pese a todo, ella los ama. Y luchará por ellos, incluso si no puede pensar en sus defectos. Después de todo, para eso ya está Zenkichi: el sensato y muy normal encargado de asuntos generales siempre ha sido quien ha denotado los malos aspectos de cada persona, y ha actuado en consecuencia, siempre con vistas de cuidar de ella. De Medaka-chan.


Todos lo somos.

Resumen de la Review

Lo mejor: MEDAKA Y SHIRANUI. SOBRE TODO SHIRANUI.

Lo peor: que aún no veamos la verdadera potencialidad de Zenkichi como personaje. Los capítulos del principio pueden hacerse un poco pesados.

Puntuación: 7.5/10

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